El juicio por Lucas González: la sentencia
El crimen de Lucas González constituye un caso emblemático de gatillo fácil a manos de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires. Hoy se conoció el veredicto contra los 14 policías acusados.
Tras cuatro meses de juicio, hoy se conoció la sentencia por el crimen de Lucas González, el adolescente de 17 años que salía de entrenar al fútbol con sus amigos cuando policías de la Ciudad de Buenos Aires lo asesinaron a sangre fría. El fallo es histórico porque es la primera vez que en Argentina hay una sentencia por violencia institucional que incluye como agravante el racismo. Veamos los detalles.
La sentencia
Este mediodía se conoció el veredicto por el crimen de Lucas González, ocurrido el 17 de noviembre de 2021. Los policías Gabriel Alejandro Isassi, Fabián Andrés López y Juan José Nieva fueron condenados a prisión perpetua por el delito de homicidio quíntuplemente agravado (por alevosía, por el uso de arma de fuego, por placer y odio racial, por haber sido premeditado entre dos o más personas y por ser miembros de las fuerzas de seguridad) y por tentativa de homicidio contra los tres sobrevivientes del ataque, Joaquín Zuñiga, Julián Salas y Niven Huanca Garnica, con los mismos agravantes.
Por otro lado, de los once policías acusados por encubrimiento seis fueron condenados y cinco de ellos, absueltos: Roberto Inca fue condenado a tres años de prisión e inhabilitación por diez años; Héctor Cuevas fue condenado a cuatro años de prisión e inhabilitación por diez años; Juan Horacio Romero, Fabián Du Santos y Rodolfo Ozán fueron condenados a seis años de prisión e inhabilitación por diez años, todos ellos por el delito de encubrimiento por ayudar a Isassi a armar la escena. Sebastián Baidón fue condenado a ocho años de prisión e inhabilitación perpetua porque se le suma el delito de torturas.
Por su parte, fueron absueltos Ramón Chocobar, Daniel Espinoza, Ángel Darío Arévalos, Jonathan Martínez y Daniel Santana. El Tribunal, además, reconoció como víctimas de violencia institucional a los cuatro adolescentes y a sus padres.
Es la primera vez que en Argentina hay una sentencia por violencia institucional que incluye como agravante el racismo. De acuerdo con Gregorio Dalbón, el abogado querellante, esto sienta un precedente en materia del Derecho para que nunca más el Estado asesine a alguien por su color de piel. El 23 de agosto será la lectura de los fundamentos de la sentencia.
Las últimas palabras
Minutos antes del veredicto el padre de Lucas, Héctor González, pidió al Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, que cambie el día en que se conmemora a la Policía de la Ciudad, que coincidentemente es el 17 de noviembre, y dijo que la sentencia le iba a poner un cierre a estos diecinueve meses de tortura por haber perdido a su hijo. Y agregó que, además, en estos meses la defensa habló de un enfrentamiento y llegó a decir que “Lucas venía de comprar estupefacientes” y que por eso los policías le dispararon. También dijo que los policías no solo lo mataron sino que, con el cuerpo de Lucas todavía en el auto, armaron el encubrimiento e intentaron plantar un arma de juguete.
Antes de la lectura del veredicto, seis de los once imputados por encubrimiento hicieron uso de la palabra y, en términos generales, fueron contra los policías acusados por el homicidio. Dijeron que les da vergüenza que estos tres policías (en referencia a Isassi, Nieva y López) formen parte de la fuerza y pidieron justicia por Lucas y también para ellos mismos. Daniel Espinoza dio sus condolencias a la familia de Lucas y dijo que él no ayudó a nadie a “fraguar el delito” sino que “estaba en el Hospital Penna” con Lucas “haciendo todo bien”. Espinoza es uno de los absueltos. Héctor Cuevas (el oficial que se quebró y que con su declaración ayudó a evidenciar la trama de encubrimiento) dijo que todavía tiene miedo y agradeció al Tribunal por las garantías para poder contar “todo lo que vio y oyó”. Por su parte, el oficial Ángel Darío Arévalos dijo que le cree todo a Cuevas y apuntó contra el Jefe de la Policía, Gabriel Berard, ya que “presiona para que otros mientan”. A partir de esta y otras declaraciones —que comentaré hacia el final— se abrió una investigación contra Berard.
En el caso de Baidón, hoy no hizo declaraciones. Es quien había sido señalado por Joaquín como el que lo esposó y quien mientras Lucas agonizaba le dijo: “¿Así que sos de Varela, pedazo de villero? Mirá cómo mataste a tu amigo”; “Sos un negro de mierda, a vos también hay que pegarte un tiro en la cabeza”. Si bien los abogados defensores de Baidón, Valeria Corbacho y Fernando Lirman, en su alegato dijeron que él no fue quien esposó a los chicos, que no sabía nada sobre el plan de encubrimiento y que no hay pruebas en su contra, Baidón hoy recibió la pena más alta entre los acusados por encubrimiento, ya que como contaba más arriba, se le sumó el delito de torturas.
Si bien es un poco duro, les recomiendo escuchar las últimas palabras de algunos de los acusados antes de que se dictara la sentencia. En este video hay un recorte.
Los alegatos
En la instancia de alegatos, tanto el fiscal Guillermo Pérez de la Fuente como el abogado querellante, Gregorio Dalbón, habían pedido prisión perpetua para los tres acusados del homicidio. Pérez de la Fuente consideró que los imputados "quisieron matar" a los cuatro chicos que iban en el auto porque "pensaban que iban a salir impunes y porque actuaban con prejuicios sociales de clase" y agregó que los policías esperaron a los adolescentes "como cazadores que esperan a una presa".
En cuanto a los otros once policías imputados por encubrimiento, la fiscalía consideró que armaron un "plan criminal" para encubrir y había pedido penas de entre cuatro y once años; con excepción del oficial Baidón, para quien habían pedido diecisiete años por sumarle el delito de torturas. Por su parte, Dalbón había pedido treinta años para Baidón.
Tanto la fiscalía como la querella habían insistido en el agravante del odio racial en el crimen. En su alegato, Dalbón había pedido al Tribunal que tomara en cuenta “que eran chicos de color marrón. Los eligieron por eso, no por otra cosa” y a continuación les pidió que pensaran qué hubiera ocurrido “si se trataba de un Audi con tres pibes de ojos celestes". Estos planteos de Dalbón y del fiscal Pérez de la Fuente fueron centrales para que por primera vez se incluyera al racismo como agravante en un caso de violencia institucional. Es decir, que se tuviera en cuenta que fueron perseguidos, asesinados y torturados por odio racial y de clase, por ser cuatro adolescentes con gorra que venían de jugar al fútbol en una villa.
Por su parte, los abogados defensores habían pedido la absolución de los catorce imputados por considerar que “cumplieron con su deber” en el marco de un presunto operativo de narcotráfico —que rápidamente fue desestimado en la causa—.
La versión oficial
El caso podría haber tomado un rumbo completamente diferente si el encubrimiento hubiera llegado a buen puerto. Los policías intentaron armar la versión de que los cuatro adolescentes salían de comprar marihuana, que fue un enfrentamiento armado y, una vez que a Lucas se lo llevó el SAME y que Niven salió corriendo hasta su casa —recordemos que durante todo el ataque los chicos pensaron que se trataba de un intento de robo—, a Joaquín y a Julián los tiraron al piso, los detuvieron como si fueran ellos los delincuentes y los torturaron y amenazaron con matarlos a ellos también. Fue recién cuando llegó el padre de Joaquín que entendieron que quienes les habían disparado eran policías. La escena estaba casi lista para que el caso se cerrara con la versión oficial de que unos policías se habían enfrentado a cuatro delincuentes vinculados al narcotráfico que habían querido dispararles y huir. La rápida presencia de los padres y de los abogados hizo que el encubrimiento no lograra su principal objetivo: cambiar por completo el rumbo de la causa.
Reconstrucción del hecho
Dalbón aseguró que ese día hubo al menos ciento cincuenta policías que aportaron para “enturbiar la situación” que van a ser geolocalizados y que “van a ir hasta el jefe de la Policía de la Ciudad y hasta el último que estuvo en el lugar y el último que hizo algo para encubrir el hecho”. Además, Dalbón sostuvo que “esta mafia no se constituyó sólo con tres policías, hicieron que la mafia se constituya desde las más altas esferas para que hubiera 150 policías”. El propio padre de Lucas, Héctor, dijo hace algunas semanas que “sin duda hay más gente implicada que no fue imputada”.
APORTÁ y ayudanos a permanecer en la CLASE MEDIA
Ya sabés que para poder hacer este trabajo necesitamos tus morlacos, si no vamos a tener que actualizar Linkedin, mandar a imprimir unos CVs, comprar folios y dejarlos en cuanta oficina hallemos. Y en ese caso no podríamos hacer estos maravillosos contenidos. Así que es cuestión trascendental que pongas algo de biyuya en
https://somosmate.ar
Los (otros) responsables
A partir de este juicio se abre una investigación contra el Jefe de la Policía de CABA, Gabriel Berard, para establecer su papel en la trama de encubrimiento. Hoy mismo, algunos de los acusados dijeron que sus familiares “están siendo amenazados” para que no cuenten lo que hablaron con los jefes y subjefes de la Policía.
Durante el juicio, dos defensores, el fiscal y el abogado querellante pidieron a la Justicia que se investigue al jefe de la fuerza, Gabriel Berard. El Tribunal hizo lugar al pedido y ordenó extraer esos testimonios y los que se sumaron hoy y remitirlos a la Justicia de instrucción para que el fiscal Leonel Gómez Barbella lo investigue.
El abogado de Héctor Cuevas dijo que cuando declaró el entonces ministro de Justicia y Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro, dijo que “el jefe de Policía le contó que hubo un enfrentamiento armado” y se preguntó: “¿Vamos a creer que el jefe de Policía de la Ciudad no sabía nada?”.
Por su parte, Natalia Arévalos, hermana y defensora de Ángel Darío Arévalos, dijo: “La madre de Lucas merece saber la verdad. Quienes son los verdaderos encubridores de esto no son los de menor jerarquía sino que viene de más arriba” y agregó que cuando se reunió con las autoridades de la Policía de la Ciudad en febrero de 2022, el jefe de Policía y el subjefe les dijeron: “Nosotros sabemos que sus familiares son inocentes, pero no podemos hacer nada porque esto es un tema político y no queremos que llegue a nosotros”. Ante esto, Dalbón respondió: “Este tema nunca fue político. El carácter de político se lo terminan dando ellos”.
Lo que es seguro es que aunque todavía queda mucha tela para cortar, hoy se hizo justicia.
Si te reenviaron este newsletter o lo estás viendo desde el navegador, podés suscribirte acá:
Eso es todo por hoy
Gracias por llegar hasta acá. Si algo de lo que escribí te gustó, te dejó pensando en alguna cosa o simplemente querés compartirme algo, podés responder este newsletter.
Mate es un medio autogestivo que depende de tus aportes, sean por única vez o con una suscripción mensual, en somosmate.ar
Actualidad y chistecitos en Youtube
Además tenemos otros Newsletters:
Mate Mundi: El recorrido internacional de la semana y todos los memes de la mano de Viole Weber.
Picnic Sideral: Recomendaciones culturales, artistas invitadxs, agenda y otros delirios de la mano de Santiago Martínez Cartier.
Y si este te gustó compartilo en tus redes.
Ah! Seguinos, suscribite, danos like. Estamos en Instagram, Twitter, tiktok, Twitch, Youtube y sí, también Facebook. Más instrucciones que la Macarena.
Te queremos. Por esto y por todo, gracias.
¡Hasta la próxima!
Agus.