Ingeniería inversa
¡Hola una semana más!
Espero que el título de la newsletter no te haya hecho pensar que esta edición va a ser una especie de “chapa” técnica sobre ingeniería o algo así. Y es que, aunque voy a hablar de ingeniería inversa, no lo voy a hacer en un contexto científico, sino que voy a hablar de cómo hacer ingeniería inversa en tu vida.
Uno de los problemas más recurrentes que surgen habitualmente es plantearse la cuestión ¿Qué quiero hacer con mi vida? Si eres como yo y como muchas otras personas, probablemente estés improvisando tu camino por este mundo. Admiro mucho a la gente que tiene claro desde un primer momento cómo quiere que sea su futuro, y es capaz de delinear un camino adecuado que le lleve hasta ahí. Pero, siendo realistas, esto no es lo normal.
El inconveniente principal que tiene hacerse esta pregunta es que la respuesta es demasiado amplia. Como ya vimos en aquella frase atribuida a Steve Jobs, conectar los puntos hacia atrás en tu vida es sumamente complicado. Y es que, no es hasta que hemos llegado a un destino que nos damos cuenta de que nuestras decisiones nos empujaban inexorablemente hacia él. Puede haber un abanico tan amplio de opciones, caminos por explorar y decisiones por tomar, que necesitaríamos varias vidas para probar todo.
La solución a esto puede ser hacer ingeniería inversa, y pasar de preguntarse “a dónde quiero llegar” a plantearse “a dónde NO quiero llegar”. El ejercicio consiste pues en plantearse tu camino a la inversa: básicamente, imaginar tu yo negativo.
Piensa en un tú futuro en el que no eres la persona que quieres ser, las cosas no han salido como quieres, y tus objetivos no se han cumplido. Este es tu yo negativo.
Ahora, reflexiona sobre las acciones que te han llevado hasta ahí. ¿Qué caminos he tomado que han desembocado en esta vida? ¿Qué hábitos me han llevado hasta ahí? Por ejemplo, yo podría imaginar mi yo negativo con 50 años, en mala forma física y con sobrepeso, y pensar que he llegado hasta ahí porque no he cuidado mi cuerpo, no he hecho deporte y no he vigilado mi alimentación. Mis hábitos de vida me han conducido hasta ahí. Con ello, ya conozco qué es lo que me ha convertido en la persona que no quiero ser. Y, por consiguiente, también soy consciente de las acciones que NO debo de tomar para llegar hasta ahí. Básicamente, puedo alejarme de mi yo negativo tanto como quiera. Y, aunque no sepa si lo que estoy haciendo me convierte en quien quiero ser, al menos sí que sé que me aleja de aquello que no quiero ser. Y esto, casi con total seguridad, va a ser algo positivo.
Trabajar a la inversa también tiene el beneficio adicional de liberarte de la tensión y la preocupación que causan el no saber muy bien a dónde te diriges. Tener esa especie de “norte” en tu brújula se convierte entonces en un punto de anclaje sobre el que construir tus hábitos, tu personalidad, y sobre el que tomar tus decisiones. Y esto, más allá de actuar como guía, también te da una sensación de liberación y calma, y unos objetivos que cumplir cada día.
Recuerda que nuestros hábitos definen quiénes somos (y también, en este caso, quienes no somos). Si no tienes de todo claro a dónde vas, prueba a intentar alejarte de aquellos sitios a los que no quieres ir.
Recomendaciones
🖥️ Una aplicación: Estoy dando mis primeros pasos con Obsidian que, básicamente, es una aplicación para gestionar el conocimiento. Quizá te haya pasado que, durante el transcurso de tu vida, te vas encontrando temas distintos que te interesan y que, a menudo, están relacionados unos con otros. Pero el paso complicado desde el conocimiento a la sabiduría es lo complicado, pues se trata de conectar esos puntos entre sí para que formen un todo coherente que te permita tener una visión más global y a la vez más profunda. Estaría genial tener una herramienta que permitiera recoger todos esos conocimientos en un mismo sitio y, después, crear uniones entre ellos para poder saltar fácilmente de uno a otro y ver de qué manera están conectados. Pues bien, Obsidian hace justo eso.
📚 Un libro: Relacionado con el tema de procrastinar y no ser capaces de enfrentarse a las tareas importantes, el libro La Guerra del Arte de Steven Pressfield es uno de las obras más clásicas que tratan este asunto. En ella, Pressfield describe esa parte de nosotros que nos impide avanzar como “La resistencia”. Es un libro muy curioso, porque seguro que muchos de vosotros os identificáis en alguna de las distintas situaciones que describe el autor, y veréis claramente cómo esa resistencia está dentro de vosotros, impidiéndoos que progreséis y alcancéis vuestros objetivos. Muy interesante para darse cuenta de esas partes de uno mismo que muchas veces no queremos aceptar.
📸 Una cuenta de Instagram: Quiero recomendar una cuenta de divulgación científica genial, Bioaprender. En ella podréis aprender muchas curiosidades científicas y seguro que os responde a algunas preguntas que os hacíais acerca de cosas que vemos todos los días, y que resulta que tienen su explicación. Bonus points porque conozco a la persona que está detrás y es genial.
📹 Un vídeo: Con una serie de buenos trucos para Mac, para que seas capaz de exprimir al máximo este sistema operativo si es que lo usas.
Un frase en la que estoy pensando
Del creador de contenido y emprendedor Sahil Bloom
La fórmula del éxito: impaciente con las acciones, paciente con los resultados.
Analizar es importante para poder tomar decisiones adecuadas, pero también llega un momento en el que es necesario llevar a cabo acciones que nos permitan probarnos a nosotros mismos.
Espero que os haya gustado esta nueva edición de Diez de Díez, y que hayáis podido extraer algo de valor de ella.
Nos leemos en la siguiente,
Ander.