Foto: Go3 Sport 2
Salto entre dos, entrada, canasta de dos puntos. Robo de balón, dos de dos en canasta sde dos. Rebote. Fallo en el triple, cero de uno en triples. Rebote. Entrada a canasta, dos puntos y personal. Tiro libre encestado. El entrenador pide tiempo muerto.
-Pat, esto no podría empezar peor para el equipo de Kaunas, siete a cero y llevamos poco más de un minuto de partido.
-Siempre se podría empezar peor, podrían perder ocho a cero y no llegar ni al minuto de partido. ¿Recuerdas ese partido que retransmitimos que en el primer minuto ya iba perdiendo el equipo visitante por quince puntos?
-Claro que lo recuerdo Pat, estábamos en el instituto y era uno de los primeros partidos que narrábamos, como olvidar ese día que no nos escuchaba nadie más allá de familiares y un puñado de amigos que debían estar muy aburridos. Y eso era el colegio, no profesionales cómo estos, que en lugar de trabajar como todos se dedican a jugar, como los niños pequeños.
-Pero es baloncesto Pet, el mismo deporte, sea del nivel que sea. Todo es tan posible como improbable. El baloncesto no es más que un reflejo de la vida, no todos somos Stephen Curry pero de vez en cuando metemos algún triple, y el resto están cerca de entrar, algunos tocan aro y otros ni lo huelen.
-Deja de filosofar que nos pagan por narrar el partido.
-Cierto, que nos pagan. Apaguemos nuestra voz y que el ruido ambiente acompañe el partido -ambos salen de la cabina para fumar esos nuevos inventos que sacan humo y no son tabaco. Lo que conseguimos los humanos, estar fumando sin fumar.
Sudor, defensa en zona, golpes, botes, tiros, gritos en la cancha, chillidos en la grada, taquicardia, el ruido de las zapatillas en el parquet, entrenadores con sus elegantes trajes -Gracias Pat Riley-, toallas al aire, pesan las articulaciones. Tantos años de partidos, de entrenamientos, uno aprende a convivir con el dolor, es parte de la vida, siempre está allí, uno más de la familia, es el pariente pesado que sabes que llegará y acomodas el subconsciente a ignorarlo, diga lo que diga o haga lo que haga.
Vamos, esto es nuestro. Si metemos esta canasta nos vamos de ocho, y con este marcador corto será una buena ventaja. No te juegues este triple, estás loco, no puede entrar…, pues entró. ¿Vamos a buscar algo de comer antes de que llegue el descanso? Seguro que habrá muchas colas, pero no quiero perderme ni un segundo del partido. La rubia que me ha mirado y me ha sonreído. Tenemos que apretar más en defensa, hay que robar balones y arriesgar más, así no vamos a poder ganar, hay que cambiar la estrategia. Ha sido falta, joder, ha sido falta. Dobles, eso son dobles, aquí y en la China Popular.
-Pat, ya estamos en el descanso, con las fuerzas igualadas. Empate en el marcador, en número de rebotes, en bolas robadas y pérdidas.
-Un partido intenso, jugado entre los dos mejores equipos de Europa, los dos merecen ganar y por tanto ambos también merecen perder. Nos lo estamos pasando muy bien, buen baloncesto, ambientazo en las gradas. Este verde y negro que nos invade es acojonante. Perdón por el taco, joder. Perdón de nuevo.
-Mejor pedir perdón que perder permiso.
-Mejor que me calle, que me van a poner a parir en las Redes Sociales.
No entiendo cómo pueden estar comentando el partido este par de patanes, hablan de todo menos de baloncesto, no tienen ni idea de nada, espero que la cadena tome cartas en el asunto. Palabras soeces en una cadena de televisión, donde se ha visto algo así, mañana mismo me doy de baja de esta plataforma. A mí me caen bien este par de dos. Que se callen ya este par de gilipollas. Me cuesta creer que no encuentren nadie mejor para retransmitir el partido, si han estado cinco minutos callados con el ruido ambiente del partido. Lo mejor de toda la retransmisión, dejar el ruido de fondo, parece que estemos en la misma cancha, un acierto de Pat y Pet. Vi a estos dos ayer por la noche que iban pasados de todo en un bar de Berlín, así como pueden hacer bien su trabajo.
Meteros todo vuestro puto odio y vuestras redes sociales por el culo.
-Podría deciros que los tenemos donde queremos, pero no es así, me gustaría ir ganando por veinte, con sus mejores jugadores con cuatro o cinco faltas y tener el número de teléfono de más de una periodista o aficionada que anda por el pabellón, pero no es así. La vida real es mucho más jodida -Xavi habla en el vestuario, el silencio acompaña cada una de sus pausas-. No son mejores que nosotros, aunque son muy buenos, por eso hay que estar concentrado cada segundo que estéis en la pista, no perder ni un detalle. Borrar el ruido del ambiente, vosotros y el partido, como cuando empezasteis en todo esto, en pabellones vacíos donde sólo escuchabais los ánimos de vuestros padres. Borrad todo, concentraros en el juego, en nada más que el partido, después vendrá el resto, las celebraciones, las cervezas, las cenas, las noches sin dormir y las camas desechas. Ahora tenemos veinte minutos de baloncesto para levantar la puta copa.
Gritos. Silencios. Chillidos. Aplausos. Música. Sonrisas. Lagrimas.
“Voy a luchar contra ellos, un ejército de siete naciones no pudo detenerme, me deberan arrancar. Tomándose su tiempo a mis espaldas. Estoy hablando solo por la noche, porque no puedo olvidar. De ida y vuelta viaja por mi mente, detrás de un cigarrillo.”
-Esto se está apretando Pat, no veo un ganador ni un perdedor. Una final en toda su esencia, jugadas sublimes mezcladas con errores de benjamines.
-Lo hermoso del deporte, nunca conocer el desenlace, con grandes jugadores puede ocurrir lo más inesperado, de la genialidad a la pifia, es el cóctel que nos da la vida. Imagina que el mundo fuera dirigido por la lógica, el deporte perdería todo su sentido, como la misma vida, sería todo predecible, estaríamos tranquilos, pero sería todo tan aburrido.
Siete segundos, los verdes pierden de un punto, tienen la última posesión, hay una jugada, una sola para llevarse el título, una canasta más de las muchas que se han conseguido, un tiro más. Lanzar de nuevo y que la pelota entre.
Miles de veces he practicado diferentes tiros, de dos, de tres, tiros libres, bajo el aro, lejos de la zona, de medio campo. Años y años jugando a esto, lanzando y volviendo a lanzar. El juego y sus complejidades, pero lo que gusta es encestar o dar esa asistencia, y los tapones, los robos. Todo tiene su parte de belleza, pero la canasta en el último suspiro no es superada por nada, el recuerdo colectivo se queda allí, muere allí, en ese instante. Partidos callejeros o en el instituto repletos de estos lanzamientos, logrados o fallados, en la retina de los presentes, en los olvidos del futuro. Aquí, la final de la Euroliga, una imagen que jamás caducará, dentro de doscientos años algún ser humano lo volverá a ver en Youtube o en la plataforma que muestre lo que hicimos esos “carrozas” que jugábamos a baloncesto.
Saque de banda, bloqueo, media distancia -el lanzamiento prohibido en el baloncesto moderno, el que ya no se practican los nuevos jugadores, la pérdida de valor estadística en los profesionales que ha perdido su valor en los amateurs, en los niños, viva la Revolución, muerte a lo antiguo, nosotros tenemos la razón, somos los más preparados de toda la historia-. El balón sale de las manos, sube, flota en el aire durante los dos segundos eternos, todos los ojos miran hacia el único punto que importa en todo el Universo, no hay nada más en ese momento. Rebota en el aro, ya solo quedan las dos caras de la moneda, decenas de partidos para que la física decida quien será el campeón, esas milésimas de segundo marcarán la vida de los jugadores, de los entrenadores, de algunos aficionados, de algunos que no están -habrá más posibilidades de nacer en Kaunas o en Belgrado dependiendo de hacia donde caiga el balón-. El tiempo no se detiene jamás dice la lógica, nuestro cerebro lo para, esperando la resolución final.
-Zalguiris campeón -grita Pat.
-Hemos contemplado un pedacito de la historia del balocesto. Contaremos a nuestros nietos que estuvimos allí, en ese gran partido.
-Pero si no tienes hijos Pet.
-¿Y quién te ha dicho que no puedo tener nietos?
-La lógica,
-¿La misma lógica que decía al principio de temporada que Xavi y su Zalguiris Kaunas no saldrían campeones?