Pensamientos limitantes que te pueden matar silenciosamente
Hace algunas semanas que no publicaba ninguna dispersión, y la verdad es que tenía muchas ganas.
Cuando estoy tiempo sin escribir, solo por escribir y compartir, noto como que van enquistándose cosas dentro de mí.
Como cuando ves que el fregadero no traga bien, y sabes que más pronto que tarde, tendrás que comprar líquido desatascador para solucionarlo.
Pues a mí me pasa lo mismo, solo que lo soluciono escribiendo aquí, contándote (aunque realmente contándome) la última cosa que me haya sacudido de alguna forma.
Este fin de semana he estado en un curso intensivo de desarrollo personal, que ha sido muy enriquecedor, muy reflexivo, pero del que he salido con acciones claras, y que necesitaba como agua de mayo.
*Te advierto que es posible que salgan varios emails sobre esto, así que vayamos con el primero.
Jugar a ganar o jugar a no perder
En uno de los pasos de la metodología (porque si algo me ha gustado mucho es que hay más metodología que incienso, aunque algo incienso es necesario), nos plantearon los dos modelos mentales que existen, que, resumiendo mucho, son jugar a no perder, y jugar a ganar.
Y como suele pasar cuando aparece la palabra “ganar”, hubo alguna persona a la que le rechinó. No falla.
Solo lo verbalizó una persona del grupo, pero por pura estadística, estoy casi seguro que había otras que pensaban igual.
El argumento, que en mi opinión esconde un pensamiento limitante, muy bestia, más o menos era, que si juegas a ganar y generas unas expectativas, cuando no se cumplen, te hacen sufrir, por tanto, no había que jugar a ganar.
En ese momento compartí mi opinión con el grupo, y ahora quiero compartirla contigo.
En parte, entiendo el razonamiento de la chica, ya que estoy de acuerdo que generar unas expectativas muy altas sobre algo, puede ser una forma fantástica de hacerte sufrir, pero el problema no es crear expectativas altas, el problema, en mi opinión, es la gestión que hacemos de esa situación.
Si apuntas a las estrellas, y te quedas en la luna, coño, disfrútalo. Estás en la maldita luna. Ya llegarás a las estrellas.
Pero aquí, el problema de base que yo vi, (que puedo estar muy equivocado, pero es mi visión y esta es mi newsletter), era que esta persona le tenía miedo o rechazo a “ir a ganar”.
Y arriesgándome a volver a equivocarme, creo ese rechazo viene de que la gente se piensa que para que alguien gane, otro tiene que perder, y en general, la vida no va así.
Si hablamos del dinero, esto se ve por todos lados.
Tenemos la absurda creencia de que si yo gano dinero, se lo estoy quitando a alguien (el sistema ya se encarga de que pensemos así) y a nadie le gusta quitar nada a otros.
Bueno, alguno hay, pero ya me entiendes.
Nos fabrican para que juguemos a no perder, y aunque en el tema negocios/dinero, esto clama al cielo, creo que nos condiciona en muchos ámbitos de nuestra vida.
¿Se puede cambiar de mentalidad? Sí.
¿Es fácil y rápido? No y no.
Es un cambio jodido y lento.
Yo llevo unos 3 años metido en vainas de desarrollo personal, y me he dado cuenta este fin de semana, que hay áreas de mi vida en las que sigo jugando a no perder. Áreas, muy importantes, en las que me conformo sin más.
Un gran error, demasiado habitual
Cuando hablamos de estos temas, muchas personas lo centramos en el negocio, en el dinero, y, joder Fran, no va solo de eso.
Va de la salud, las relaciones, las habilidades… de lo que sea.
No sé… estar en una relación de pareja porque, bueno, no va mal… pues seguramente sea jugar a no perder.
No aprender nada nuevo (inglés, macramé, guitarra…) de cada X tiempo, pues seguramente sea jugar a no perder.
No hacer deporte de forma regular e hincharte a comer azúcar, no es que sea jugar a no perder, esto es jugar a perder, y a lo grande.
Y por supuesto, estar en un trabajo que no te gusta, aguantar a un jefe al que no soportas, y además hacerlo por un salario de mierda, solo porque es “seguro”, es jugar a no perder.
Este fin de semana, me ha servido para dos cosas:
Reafirmarme que hay algunas áreas de mi vida en las que estoy jugando a ganar, y no tengo que cuestionarme tanto si lo estoy haciendo bien.
Detectar otras áreas en las que estoy jugando a no perder, y definir un plan de acción que creo que me ayudará a ser yo el creador de mi vida, y no el reactor a lo que pasa en mi vida.
Esto, como todo lo bueno y grande de la vida, es mucho más fácil de decir, que de hacer.
Ahora tocar el hacer.
Un abrazo muy disperso,
Fran Lledó
PD: Este finde también me ha servido para conocer gente maravillosa. Absolutos desconocidos, con historias fascinantes, y que en mayor o menor medida me han servido de inspiración.
PD2: Si estás en un momento de esos en los que sabes que las cosas podrían ir mejor, o directamente no van muy bien, te recomiendo el podcast Eudemonía, con Pablo Tovar (uno de los facilitadores del programa).