Que sea difícil no es que sea bueno, es que es necesario.
Mesetas, antifragilidad, grano y paja.
En mi otra newsletter, la de mi negocio, ayer envié un email con varias ideas, que me parecen muy buenas, y por eso hoy, quiero compartirlas contigo aquí, y combinarlas con otras dos, que me parecen igual de buenas. O más.
En ese correo comentaba que el hecho de que no sea fácil montar una membresía, o un negocio de suscripción, y vivir de él, me parecía genial, porque separaba el grano de la paja.
Quita montar una membresía, y sustitúyelo, por lo que quieras. Por cualquier objetivo que realmente merezca la pena.
Si te paras a pensarlo, cualquier cosa que supone una satisfacción real para ti, y que te hace feliz de verdad, es relativamente difícil de conseguir.
No sé tú, pero en mi caso, he buscado y no he encontrado nada que me haya hecho realmente feliz, y de lo que esté orgulloso, que no me haya costado conseguirlo.
Es posible que sea por el deseo profundo que tenemos los humanos de orgullo y de necesidad de reconocimiento, pero ahí no vamos a entrar hoy.
Si consigues correr un maratón, o vivir de tu negocio online, o ponerte en forma y que se te marquen los abdominales, te conviertes en grano, y no en paja.
Espero que se entiendan los ejemplos.
Una meseta atómica
No me he leído entero el libro de Atomic Habits, de James Clear, pero si he leído y escuchado varios resúmenes, y una de las ideas que más se ha quedado en mi cabeza, y que viene al pelo ligado a lo de antes, es la de “meseta de potencial latente”.
Muchas de las personas, cuando se plantean un objetivo, por ejemplo, perder grasa, empiezan muy bien, muy motivados, pero llega un punto que se estancan, o eso creen, porque no están avanzando a la velocidad que querían y creen que no están haciendo ningún tipo de progreso.
Es un momento muy jodido y desalentador, la verdad.
Igual de jodido y desalentador, como de importante.
Clear lo relaciona con la construcción de un hábito, pero funciona igual (o esa es mi experiencia) con casi todo.
Recuerdo perfectamente que, cuando me preparé mi primer maratón, a mitad de las 16 semanas del entrenamiento tuve un bajón importante de ganas y motivación, y además, me costaba horrores cumplir los objetivos de los entrenos.
Seguí empujando, sin muchas ganas, y pese a no correr las últimas 2-3 semanas por una microrotura en el gemelo, ese sábado de noviembre del 2017 acabé mi primer maratón.
No bajé de las 03:30h, me quedé en 03:35h, pero fue brutal.
Ahora sé, que esa fase era necesaria para conseguir algo así. Es más, según Clear, no solo es necesaria, sino que es crucial para que se generen las conexiones neuronales necesarias para la adopción del hábito (el caso del libro) o para la consecución del objetivo, según mi visión.
La antifragilidad es necesaria
La semana pasada ya te dije que estaba dándole al libro Antifrágil de Nassim Taleb, y hoy vuelvo a él, para hilar las ideas explicadas antes, con la antifragilidad.
En el post de la semana pasada, vimos la definición que hace Taleb de un sistema antifrágil, pero lo recuerdo rápidamente:
“Aquello que se beneficia de la volatilidad, la incertidumbre, el desorden y el estrés.”
En ese post puse el ejemplo de la Hidra, pero hoy vamos a verlo con los humanos.
Si vemos la humanidad, como un todo, como un sistema, este es antifrágil.
La humanidad se beneficia de la volatilidad, de la incertidumbre, el desorden y el estrés… porque a todo eso, solo sobreviven los más fuertes, por tanto, los humanos como conjunto, cada vez somos más fuertes, mejores, más resistentes.
De forma natural, se va separando el grano de la paja.
Pongamos todo esto en la batidora
Como seres individuales, que formamos parte de un todo, deberíamos buscar ser lo más antifrágiles posible.
Una buena forma de conseguirlo es ponerse objetivos que supongan un reto, y no cosas que sean coser y cantar.
Algo que sea difícil, algo que sepamos que va a suponer pone a prueba nuestra capacidad de transitar con éxito la meseta de potencial latente, y que, por consecuencia, nos hará más antifrágiles, tanto a nosotros de forma individual, como al conjunto de la humanidad.
Cuando algo es importante para nosotros, que sea difícil, no es que sea bueno, es que es necesario.
De esa forma, y no de otra, elevamos el nivel para separar el grano de la paja.
¿Eres grano o paja?
Un abrazo muy disperso,
Fran Lledó
PD: Si no se ha entendido algo, siempre lo podemos comentar, que a veces cuando escribo la paja mental es de tal magnitud que me cuesta poner en palabras lo que mi cabeza está procesando.