Ecos de tiempos pasados. Lo retro ha vuelto
Quizás por el peso de la nostalgia en nuestra memoria, o puede que por simplificar las cosas volviendo a lo esencial, lo retro esta volviendo a la actualidad. Hoy os cuento mis reflexiones sobre cómo los productos y el entretenimiento están mirando al pasado para tratar de conquistarnos.
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Cualquier tiempo pasado fue mejor...
O eso dicen. Porque muchas veces creemos que nuestra infancia y juventud fue un camino de rosas ya que tendemos a olvidarnos de los malos momentos. Pero lo importante para la narrativa de esta historia es que visto con perspectiva, el pasado tiene un fuerte componente de atracción. Hay quién nunca mira atrás y prefiere centrarse en el presente, y hay quién prefiere revisar el pasado cada cierto tiempo.
Las cosas ahora mismo no son nada fáciles, porque vivimos una época de mucha incertidumbre. En momentos como este resulta mas sencillo echar la vista atrás y recordar cómo era la vida en otras décadas donde todo se reducía a blanco o negro. Hoy sin embargo todo parece una gran escala de grises. Esta sensación tan agridulce que nos provoca lo complejo de vivir con restricciones y bajo un nuevo paradigma es lo que hace que sea tan atractivo imbuirse en el mundo de los 80 y los 90. De ahí que justo ahora estén volviendo vestigios del pasado como válvula de escape de la realidad que nos ha tocado vivir.
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Enciende la tele y recuerda.
La televisión siempre está ahí para ayudar a evadirnos de la rutina del día a día, de las cargas y problemas que nos lastran cada día. Ubicada por lo general en el salón de la casa, en el punto central donde se hace la vida doméstica (con la excepción de las cocinas de las casas antiguas que eran en epicentro de la actividad), la televisión suele ser un elemento clave que no solo atrae miradas, también consume muchas horas de nuestro ocio.
Encender la tele en los 80 solía significar sintonizar un canal en concreto y esperar a que emitieran nuestra serie o película favorita. Con suerte grabarla en un primigenio reproductor de VHS o Beta, y así conservarla para poder verla en otra ocasión y sin anuncios.
Hoy las cosas son radicalmente distintas. Todo lo que queramos (mientras paguemos la suscripción del mes) cuando queramos. Pero muchas veces tanta oferta nos desborda y en el fondo solo queremos ver aquella serie a la que acudíamos nosotros a la hora indicada cada día de la semana. Queremos tramas simples, personajes predecibles y distracciones inocuas. Porque a veces lo que uno quiere es que le entretengan sin más.
Muchas de aquellas series gozaron de unos índices de audiencia que jamás se volverán a ver y las empresas del entretenimiento de entonces ni siquiera aspiran a repetir aquellos éxitos. Pero sí saben que los millones de personas que disfrutaron con esas series siguen ahí, desbordados por catálogos y carruseles en constante crecimiento y que no paran de moverse. Ante el mareo y esfuerzo que supone elegir algo nuevo que echarse a los ojos unas pocas productoras pensaron que sería una buena idea traer de vuelta algunas de aquellas series.
De esta forma es como en HBO Max han reunido a los repartos de series míticas como Friends o El Principe de Bel-Air para analizar el impacto y los entresijos de los años que vivieron juntos. Y al calor de los éxitos de estos extraños revivals han ido llegando antiguas series a las nuevas plataformas de streaming. La idea es que cuando no sepamos qué ver, volvamos a las series que nos gustaron tanto en su día. Y de paso puede que también las vean algunos espectadores de nuevas generaciones. La inversión ya esta hecha y se puede volver a amortizar una y otra vez.
Ahora mismo todas las grandes plataformas de streaming tienen alguna serie mítica de los años 80 y 90 como reclamo estrella de su parrilla televisiva: Friends, El Príncipe de Bel-Air (que tendrá un reboot este año en HBO Max), Sexo en Nueva York (que por cierto tiene una nueva y genial temporada también en HBO Max), Los Soprano (que estrenó en 2021 una película en cines para contar los origines de su protagonista) Padres Forzosos (cuya secuela Madres forzosas llegó a Netflix hace 4 años), Las Chicas de Oro (recién re estrenada en Disney+), la lista es muy larga y no deja de crecer.
Foto del blog La voz en off
Tócala otra vez Sam.
Frase que nunca se llegó a decir en la famosa película Casablanca pero que me sirve para traer a colación el reestreno de películas de cine de los años 80 en las salas de cine en pleno 2022. Esto lo llevo viendo unos pocos años en los que de repente ves que en cartelera están proyectando Robocop, Terminator, Matrix o Cazafantasmas.
Hace unos pocos años vimos la secuela de la mítica Blade Runner. Pasó algo similar con la película Jumanji, que ha tenido varias secuelas muy tardías esta última década. A finales del año pasado llegó Cazafantasmas, mas allá, un estreno que era una continuación de la última película que se estrenó en 1989. Algo que se ha repetido nada mas empezar el 2022 con la cuarta película de la saga Matrix, (Matrix Resurrection) cuya primera parte se estrenó en 1999. Pero estas no son las únicas franquicias que han vuelto, tan solo son las que he podido recordar al hacer un poco de memoria, así que imaginad lo extensa que será esta lista.
Este es un fenómeno recurrente que aprovecha el gran tirón de unos personajes carismáticos. De hecho hemos llegado a un punto en el que si vemos una película completamente nueva que nos encanta y es un éxito de taquilla, ya podemos salir del cine sabiendo que habrá secuelas durante décadas.
Volver a ver una gran película en una gran pantalla es un lujo, no me estoy quejando de esta situación, pero si creo que el cine actual adolece de cierto cansancio. A esta realidad se le podrían dedicar muchísimas palabras porque encierra una gran problemática y casuística detrás. Basta decir que lo que vivimos ahora es reflejo de una sociedad que ya no se sorprende fácilmente y que devora contenidos de muchísima calidad a diario. Generar ese tipo de material es creativamente agotador, incluso para una industria tan grande como la cinematográfica.
En cualquier caso esta es otra señal de que lo retro, lo antiguo y lo pasado ha vuelto es que muchas series y películas de reciente actualidad están basadas o son refritos de éxitos del ayer.
Foto de Proyecto Descartes
Consolas retro. Ahora con partidas infinitas.
Estando como estamos en pleno 2022 puede parecer que las consolas antiguas no tienen mucho sentido. Hace unos pocos años se pusieron a la venta de nuevo revisiones en miniatura de algunas consolas originales de los 90. Tampoco es que fueran un boom de ventas pero si que hubo mucha gente que se abonó a auto regalarse una Playstation o una Nintendo clásica en formato mini. Aparecieron en escena para recuperar el vacío que dejaron, cuando los ahora ya cuarentones dejamos de jugar a videojuegos.
Da un poco igual el motivo por el que dejáramos de jugar, cuando de niño y adolescente jugaste mucho a máquinas recreativas y consolas, siempre te queda algo de jugador de por vida. Y ese nicho de mercado guarda recuerdos muy poderosos en su mente, algo que representa un gran motor de compra.
Las empresas lo vieron e hicieron lo posible por recuperar a esos jugadores apelando a la nostalgia de tiempos pasados donde todo parecía mejor, al menos porque todo era mas sencillo. Quizás porque cuando eres un niño ves las cosas desde otro prisma y nuestras preocupaciones entonces eran distintas. Esa moda pasajera tuvo poco recorrido. Todas esas emulaciones de la Playstation y la Nintendo no han durado mucho en el mercado, y aunque aun se pueden conseguir, podríamos decir que no han sido un éxito.
Pero ese testigo lo han recogido otras empresas que se están dedicado desde entonces a crear consolas sin una marca detrás, pero que ofrezcan mas opciones al posible comprador. ¿Por qué limitarse a tener solo los juegos de una única consola, si dentro de uno de estos emuladores podemos tener juntos todos los juegos de todas las máquinas recreativas de los años 80 y 90?
Pandora Box disponible en Amazon
Una consola para dominarlas a todas.
Y ahí es donde entra en juego, nunca mejor dicho, la consola retro que ha caído en mis manos estas navidades. Se trata de una Pandora Box, algo así como un nuevo estándar de consola retro que se esta vendiendo por diferentes fabricantes y en versiones muy dispares pero bajo un denominador común, su factor de forma.
La idea es emular, ya desde el aspecto visual, la estética y funcionalidad de esas máquinas recreativas en las que tantas horas pasamos varias generaciones de niños y jóvenes. Se busca que todo nos incite a jugar, hasta la imagen de la consola.
Uno de los puntos fuertes de esta consola es que incluye 6.525 juegosdentro de esa tarjeta micro SD. Para poder ver un poco por encima todo estos juegos tardé unas cuantas horas. Hay juegos de los principales fabricantes del mundo: SEGA, Konami, Nintendo, Atari, etc. Están todos los juegos de las máquinas recreativas que se lanzaron en la década de los años 80 y buena parte de los 90. Hay juegos míticos de un montón de consolas en todo tipo de versiones; europea, americana, japonesa, mundial, etc. El catálogo es una auténtica locura. ¿Pero cuántos de esos 6.525 juegos merecen la pena?. Tras ver y seleccionar todos los que yo recuerdo haber jugado de chaval me ha quedado una lista de 86 juegos. Podrían parecer muy muy pocos, lo se. Pero es que muchos de esos juegos no los he vuelto ver desde que desaparecieron hace mas de 30 años, y fueron máquinas recreativas a las que pude jugar poco.
Partidas ilimitadas, adiós a las 25 pesetas.
En los años 80 aquellos años cada partida costaba de una máquina recreativa costaba 25 pesetas. Entonces el dinero era el que era y yo, como muchos niños de la época, conseguía unas pocas monedas cada cierto tiempo. Entre eso y que las partidas duraban mas bien poco, siempre me quedo la espinita clavada de no poder pasarme ciertas pantallas y de no conseguir acabar ninguno de aquellos juegos.
Ahora imagina que vuelves a los años 80 y le dices a ese niño que un día tendrá todas las máquinas recreativas de aquel salón de juegos y que tendrá créditos ilimitados, partidas ilimitadas y sin tener que estar echando infinitas monedas de 25 pesetas. Pues eso es lo que reviví yo al jugar el día de Reyes con esa consola retro. Una barra libre para terminar lo que en su día dejé a medias.
Por no hablar del efecto WOW !!! que ha generado en mí el volver a encontrarme con todos aquellos juegos. La cantidad de recuerdos que han venido a mi mente al escuchar las melodías de algunos de esos juegos. De repente recordé los lugares en los que jugué, los amigos con los que estaba y por unos momento volví a los años de mi infancia donde 25 pesetas eran un tesoro que había que saber gastar. Ecos de tiempos pasados, sí, de cuando el mundo era diferente y nosotros también. Solo por esos recuerdos esta consola vale su peso en oro.
Conclusión.
Esta larga Newsletter es una oda a la nostalgia, lo se, pero compartir esta percepción de que lo antiguo vuelve para recordarnos ciertas cosas sobre cómo vivíamos y lo que nos hacía felices.
Lo retro ha vuelto, en cierta medida espoleado por los niños y jóvenes que llevamos dentro las generaciones que superamos los 40. El recorrido que puede tener ese efecto nostalgia ya depende mucho de nuestra capacidad para divertirnos con lo que nos ilusionaba de pequeños.
Hoy en día, que vivimos saltando de una cosa a otra en cualquier navegador y red social, donde vamos haciendo scroll sin pararnos mucho a disfrutar de las cosas, es casi refrescante detenerse en el pasado para recrearse con un entretenimiento tan esencial y básico.
Newsletter lanzada originalmente el 21-01-2022