Centroamérica entre líneas
Centroamérica entre líneas: un blogcast de libros
Fábula asiática
0:00
-16:03

Fábula asiática

de Rodrigo Rey Rosa

La crisis generada por el coronavirus Covid-19, y las perturbaciones políticas, económicas y sociales que ha causado, está cambiando fundamentalmente el contexto tradicional de la toma de decisiones. Las incoherencias, insuficiencias y contradicciones de múltiples sistemas -desde el sanitario y financiero hasta el energético y educativo- están más expuestas que nunca en un contexto mundial de preocupación por la vida, los medios de subsistencia y el planeta. Los dirigentes se encuentran en una encrucijada histórica, gestionando las presiones a corto plazo frente a las incertidumbres a medio y largo plazo. Y como respuesta por parte de los grupos económicos y políticos que mueven los hilos globalizadores que mueven al mundo siguiendo sus intereses, proponen la iniciativa El Gran Reseteo, o Gran Reinicio. Esta es la propuesta del Foro Económico Mundial de transformar el modelo económico tras la pandemia. Esta organización propone reconstruir la economía mundial y las relaciones internacionales de forma sostenible después de los daños producidos por la covid-19. El Gran Reinicio busca “resetear el capitalismo” para poner la naturaleza en el corazón del nuevo sistema y establecer “un nuevo contrato social para honrar la dignidad de cada ser humano”. El Foro propone, entre otras cosas, fomentar los estímulos fiscales para relanzar la economía y utilizar nuevas variables para medir la capacidad económica de los países, pues el PIB, empleado como principal indicador, no tiene en cuenta la división de la riqueza ni la calidad de vida de los individuos. Además, se pide a las empresas que modernicen sus estándares éticos y medioambientales, reduciendo emisiones de carbono y apostando por las energías renovables y la innovación.

Hasta aquí, la iniciativa en verdad parece muy alentadora pero saltan todas las alarmas al ser una propuesta que viene de sectores como los voraces financieros, los ambiciosos políticos y los avorazados empresarios del mundo que han sido los que no han llevado a la situación de inequidad y exclusión social en la que vivimos, especialmente en Centroamérica.

Las élites empresariales centroamericanas tienen poco músculo industrial y dependen de los servicios vinculados a las remesas. Hay un círculo vicioso complejo porque cuando más gente se vaya al extranjero, más beneficiados se ven algunos grupos de élite. En Honduras y Guatemala siguen pesando mucho las cámaras empresariales tradicionales. En Honduras tiene más que ver con élites ubicadas geográficamente que tienen un dominio delimitado territorialmente y su participación política a través de los partidos mayoritarios y con actores dedicados al narcotráfico y contrabando. En El Salvador y Nicaragua, las élites tradicionales perdieron poder y han sido perseguidos por una lucha de los gobiernos contra los grupos que pudieran transformarse en oposición. Y en Costa Rica son élites poco productivas, y están basadas en desarrollos industriales turísticos. Y es que el poder de influencia del empresariado centroamericano en la vida pública es sumamente fuerte. De un lado, los grandes empresarios se convierten en políticos para optar cargos de elección popular o bien participan en el financiamiento de campañas electorales, lo cual les facilita el acceso al control de la agenda y les permite beneficiar a partidos cercanos. De otro lado, si deciden no involucrarse activamente en la política, las élites empresariales de la región tienen influencia en las políticas. Su capacidad de inversión económica puede limitar medidas de restribución de la riqueza como la adopción de tasas impositivas a rentas altas; si estas élites sienten que sus ganacias se pueden ver afectadas, dejan de invertir, por lo que hay un incremento del desempleo y baja la recaudación.

Por eso, cualquier medida de reinicio global proveniente de estos sectores genera una profunda desconfianza, especialmente de los sectores empresariales, financieros y políticos centroamericanos. En una región marcada por extremas desiguladades sociales, estas plantean un panorama más favorable para que las personas estén dispuestas a tener regímenes autoritarios, muestra de ellos es El Salvador y Nicaragua. Ante la carencia, nadie se plantea los problemas que conlleva la concentración de la riqueza en unas pocas familias como es el caso de Centroamérica, ni se exige una mayor redistribución de la riqueza; las medidas que se proponen normalmente se orientan a un mayor control social y político de la sociedad. Y en este punto, los líderes políticos y las élites empresariales centroamericanos son claros ejemplos de maestría.

Y sin entrar en las polémicas y teorías de la conspiración que desatan estas estas iniciativas globales de reseteo mundial, nuestro imaginario literario hace que nos sintamos protagonistas de la novela Fábula asiática, en la que el escritor guatemalteco, Rodrigo Rey Rosa, plantea un apagón global similar, que desate el caos para empezar de nuevo: un sabotaje sin precedentes de los satélites que controlan la información de la Tierra: un pequeño apocalipsis tecnológico tanto en las órbitas bajas y medias como en la geoestacionaria.

Fabula asiática tiene como protagonista a Rubirosa, un escritor mexicano que vuelve a Tánger, en la que vivió muchos años atrás. Allí tiene noticia de que Mohammed Abdelkrim, el hijo de un amigo, está en problemas en los EEUU. El padre de Abdelkrim hará entrega al escritor de varias cintas de casete y una memoria USB donde narra la vida del joven antes de sus problemas con las autoridades norteamericanas. El joven marroquí, que sueña ser astroauta, resulta ser un genio que llama la atención de la prestigiosa universidad estadounidense Massachusetts Institute of Technology – MIT, becándolo para estudiar allí. En ese contexto será donde trabe amistad con el griego nazareno Xeno y el guatemalteco Matías Pacal. Entre los tres urdirán una conspiración para hacer caer las redes de comunicaciones y satelitales que hay en la Tierra.

Tras las tres historias que narra Mohammed en esos casetes, empieza una cuarta historia de Fábula asiática, compuesta por la del escritor mexicano Rubirosa, la del griego nazareno Xeno, estudiante del MIT en Boston, y la del guatemalteco Matías Pacal. Historias que se van desplegando cómo ventanas paralelas y que el autor va situando en ciertos momentos del mundo que nos tocó vivir. La tercera parte del libro formada por los capítulos “Infección”, “Sudario” y “Joyride”, es la más extravagante.  Una asociación ultra secreta, extremista  y “antiarmamentista” hace que Rubirosa se acerque a un espía norteamericano en Tánger, a quien le pide ayuda para traducir los textos de la memoria que Mohammed le había entregado. Luego sabrá y sabremos que cuando el espía insertó la memoria en su ordenador, infectó con un “very bad code”, el cual había sido diseñado en el MIT, las redes del internet. Rubirosa fue sacado inconsciente y amortajado de Tánger.  Despertó días más tarde en Estambul donde siguió la complicada y eficiente red de mensajes que fue recibiendo.  Viajó en ferri, entró a una de las mezquitas de Sinán en la orilla asiática de Turquía, regresó a Estambul, estuvo en la estación de tren, en el Hotel Mármara y en una recepción en el museo Özkaya. La novela termina cuando los poderosos invitados presencian cómo Rubirosa y una bella mujer salían disparados al espacio, en un cohete a escala, con el objetivo de “neutralizar satélites”. El comienzo del apagón global ha dado su primer paso.

La obra de Rey Rosa Hay en el autor una voluntad por introducir elementos dispares como la crisis de los refugiados en Grecia, la guerra de Siria y el DAESH, el control de las comunicaciones privadas o los excesos de la globalización. El autor mezcla temas para plantear una visión parcial de mundo actual que en su vertiginoso avance hacia delante se ha deshumanizado por completo. Los personajes creen realmente que la única manera de parar esta deriva es crear un punto cero, donde las comunicaciones y relaciones humanas sean distintas. La única redención posible es comenzar de nuevo, aunque para ello haya que llevar a cabo acciones moralmente execrables. La capacidad de Rey Rosa de dar forma a estas reflexiones desde puntos de vista tan dispares y espacios tan distintos son testimonio de la fuerte impronta de la globalización en la obra y el propio autor. No existen problemas locales, sino que todos están relacionados entre sí, de ahí los distintos orígenes de los conspiradores.

Rey Rosa crea un thriller hipnótico y sensual que nos lleva de Tánger a Patmos, de Mountain View a Estambul, y nos hace reflexionar sobre la era de violencia extrema que vivimos. El autor disfruta borrando las fronteras entre ficción y verdad, por lo que por momentos sentimos que estamos ante una novela negra, política, de ciencia ficción, fábula o un documento en clave. Esta obra refleja la complejidad del mundo globalizado con una trama que sucede a la vez en Tánger, Silicon Valley, Estambul y las playas de Grecia, donde arriban los supervivientes de las migraciones forzosas.

En verdad no creemos en teorías conspirativas en torno a la iniciativa de El Gran Reseteo, o Gran Reinicio planteado por el Foro Económico Mundial pero no nos extrañaría que, en su génesis haya un grupo similar al de los jóvenes anarco terroristas que da vida Fábula asiática. En un mundo cuya violencia sistémica es obscena, donde, por ejemplo, para que sus “economías no se desplomaran, los poderosos debían vender armas a sus propios enemigos, a quienes ya no podían controlar, y quienes ahora atentaban contra la vida de los habitantes de esos países con los medios que ellos mismos, los poderosos, habían fabricado”, este incipiente grupo anarcoterrorista formado por unos jóvenes, “el marroquí suní, el griego ortodoxo y el guatemalteco ateo”, propone “retroceder, tecnológicamente, hasta el punto en que se encontraba la humanidad en la Edad Media, para recomenzar y tomar un camino menos violento”. Para lograrlo, son auspiciados por millonarios filántropos y esnobs, y colaboran con el ISIS o Al Qaeda según la oportunidad de desestabilizar. 

Lo dicho, no creemos en teorías conspitarivas pero por si acaso, estaremos atentos de las personas invitadas en los actuales viajes espaciales promovidos por empresas privadas y gobiernos codiciosos así como en los próximos lanzamientos de cohetes espaciales; tal vez el reseto global ya ha iniciado y Rodrigo Rey Rosa nos está avisando con tiempo para que estemos preparados.


Rodrigo Rey Rosa escribió Fábula asiática y Catafixia editorial la publicó en 2016, en su colección Nudo & Desenlace.

Rodrigo Rey Rosa nació en Guatemala en 1958. Después de abandonar la carrera de Medicina en su país, residió en Nueva York (donde estudió Cine) y en Tánger. En su primer viaje a Marruecos, en 1980, conoció a Paul Bowles, quien tradujo sus tres primeras obras al inglés. Entre sus novelas y relatos, traducidos a varios idiomas, destacan El cuchillo del mendigo; El agua quieta, Cárcel de árboles, Lo que soñó Sebastián, cuya adaptación cinematográfica dirigida por él mismo se presentó en el Festival de Sundance del 2004, El cojo bueno, Que me maten si…, Ningún lugar sagrado, La orilla africana, Piedras encantadas, Caballeriza y El material humano. Destaca asimismo en su faceta de traductor de autores como Paul Bowles, Norman Lewis, Paul Léautaud y François Augiéras. Su obra le ha valido el reconocimiento unánime de la crítica internacional y el Premio Nacional de Literatura de Guatemala Miguel Ángel Asturias en 2004 y el Premio Iberoamericano de Letras José Donoso en 2015.

Rodrigo Rey Rosano quería estudiar Literatura. Nunca le interesaron mucho los pénsum académicos, pero sí tenía claro que quería ser escritor. Al final se decantó por estudiar cine ya que pensaba que, con un guión cinematográfico podía ganar dinero; tenía claro que escribiendo libros que le gustaran, o del tipo de títulos que prefería leer, no representaría un modo de vida. La escritura inicial de Rey Rosa fue abstracta. Empezó a escribir lo que el denomina'poemas en prosa', narraciones de media página que se extendieron hasta llegar a Cárcel de árboles, que fue su primer cuento largo. Antes de ése había publicado dos colecciones de cuentos breves,El cuchillo del mendigo, publicado por Publicaciones Vista en 1986 yEl agua quieta, publicado por Seix Barral en 1989, con temas que podrían ocurrir en cualquier ciudad latinoamericana, pero no estaban ligados al entorno ni al paisaje inmediato. Se deduce que ocurren en Latinoamérica por los objetos que aparecen, o por el paisaje, pero no se sabe nunca de dónde son exactamente porque era un poco vago y no incluía nombres de lugares. En cambio, su trabajo más reciente transcurre en la Guatemala contemporánea, e incluye perfiles y aspectos reconocibles, en una suerte de afán 'realista' por representar el entorno, el habla, la vestimenta de la gente, al contrario de sus primeras historias.


Fuentes consultadas:

·    Rey Rosa, Rodrigo. Fábula asiática. Guatemala: Catafixia, 2018. ISBN: 978-9929-591-47-9.

·    Petrook, A. (2018). Rodrigo Rey Rosa. “Fábula asiática” (2020).  En: Las reseñas. Los detectives de Ana Petrook. Recuperado de: enlace

·    Pardo, Carlos (2017). Terroristas, místicos y filántropos. En: Babelia, El País (23 de enero). Recuperado de: enlace

·    Escobar, José Luis (2016). “Fábula asiática”, una nueva obra está servida. En: Prensa Libre (6 de noviembre). Recuperado de: enlace

·     “Fábula asiática” de Rodrigo Rey Rosa (2016). En: Fondo de lectura (7 de diciembre). Recuperado de: enlace

·    Robles-Rivera, Francisco (2021). Centroamérica, un laboratorio de influencia de las élites en la política. En: CALAS noticias (25 de noviembre). Recuperado de: enlace

. World Economic Forum(2023). The Great Reset.En: World Economic Forum. Recuperado de:enlace

0 Comentarios
Centroamérica entre líneas
Centroamérica entre líneas: un blogcast de libros
Leemos Centroamérica.