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Centroamérica entre líneas: un blogcast de libros
Itinerarios bestiales
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Itinerarios bestiales

de Jonatan Rodas

Nicaragua fue el segundo país de la región centroamericana en el año 2010, después de Costa Rica en 1996 que, comenzó a legislar a favor del Bienestar y Protección de Animales. Y años más tarde se sumaron El Salvador, Honduras y Guatemala. De esta forma, Centroamérica logra establecer un reconocimiento hacia los animales domésticos y silvestres domesticados, como seres capaces de sentir, percibir y reaccionar, a experiencias negativas y positivas; es decir, un reconocimiento a sus emociones, a la felicidad, o bien a, experimentar el dolor y sufrimiento.

Esta nueva legislación ha provocado que la sociedad centroamericana comenzó a incentivarse bajo un nuevo patrón cultural de rechazo a los malos tratos, activándose a favor de mayores denuncias sobre actos crueles e inhumanos hacia los animales. Aunque en unos menos y otros más, cada día que pasa, se incrementa una nueva cultura de respeto, moral y bioética, que tiende a incrementarse ante el reconocimiento del dolor y sufrimiento que sienten los animales.

La consideración de la “Sintiencia Animal” de los diferentes gobiernos de la región ha quedado plasmada en el compromiso de cada país, definido en el espíritu de sus leyes especiales y sus correspondientes normas regulatorias. Y a pesar de ser una de las regiones del mundo con mayores índices de desigualdad y niveles de violencia, la sociedad centroamericana es consciente de que debe reconocer emociones, sufrimientos y bienestar a los animales, evitándoles dolor, temor, angustia o frustración, como una respuesta de esta misma sociedad que paulatinamente desea corregir sus desequilibrios sociales.

La crueldad animal es, por desgracia, uno de los graves problemas que enfrenta el mundo. Ya no es solo por el maltrato que reciben los seres vivos de personas inescrupulosas; además tanto el sistema de producción ganadera y alimentaria, como las macro grajas y de entretenimiento, como zoológicos, circos, espectáculos taurinos, peleas de gallos y de perros por mencionar algunos, se basan en el maltrato animal. Hay todo un sistema económico explotando a los animales de forma inhumana que normaliza el maltrato animal.

Decía el novelista ruso Leo Tolstoy que si un hombre aspira a llevar una vida correcta, su primer acto de abstinencia es la de dañar a animales. Junto a Tosltoy, hay una larga lista de escritores y escritoras que demostraron las bondades del vínculo afectivo con un perro o gato asi como elogiaron y defendieron la compañía de un animal desde su creatividad literaria: Charles Bukowski, Julio Cortázar, Jorge Luis Borges, Gertrude Stein, Pablo Neruda, Ray Bradbury, Ernest Hemingway, Emily Brontë, Haruki Murakami, Lord Byron,Truman Capote, Virginia Woolf, Herman Hesse o Stephen King, por mencionar algunos.

Y en otros casos, los animales asumen el total protagonismo narrativo de las obras. En los cuentos del autor mexicano Francisco Tario, planteó enfocar su mirada en la de los objetos y animales no humanos. Y la escritora guatemalteca Ligia Escribá, en los años 80 decidió mostrar, en algunos de sus textos, personajes nefastos de la guerra, representándolos con personajes no humanos. La literatura es lo que el escritor cuestiona; da forma, analiza y, a través de objetos y sus tecnologías, plasma preocupaciones, deseos, constantes, bucles que alberga su mente. Y cuando lo patentiza desde la perspectiva animal, el autor ya sea fabulista, ya sea un narrador de historias sin virtudes moralizantes, establece las condiciones perfectas para plantear sus declaraciones políticas desde la más profunda asertividad de la creatividad literaria.

Tal y como el escritor guatemalteco Jonatan Rodas lo hace en sus Itinerarios bestiales: cuentos cortos sobre animales urbanos.

Itinerarios bestiales es un libro de 25 textos que transitan entre la microficción y cuento corto, escritos desde distintas partes del mundo. Jonatan decidió sacar al animal humano del centro para colocar animales no humanos y desde ahí, intentar, algunas veces desde la primera persona, otras desde la tercera persona, transitar la mirada y los mundos que habitamos.

El autor decide cuestionar la posición prometeísta de centralidad del animal humano y lo lleva a ocupar un papel secundario. Los animales no humanos ocupan la centralidad de casi todo el libro. A través de estas historias podemos sentirnos identificados, enternecidos, desgarrados por sucesos que le ocurren a especies animales que poseen los mismos componentes que nosotros: células, piel, vello, y sí, quizá tengamos la virtud, gracias a la evolución, del lenguaje y la escritura, pero esto no debería hacernos superiores al resto de especies.

El autor nos adentra en la mirada de Malvadoso, un perro callejero de espíritu libre, cuyos «límites eran marcados por el inicio y fin de la cuadra», nos habla de Terry o Campéon o Ulises, no importa, es un ser canino que deambula por las calles de cuatro caminos. El autor nos presenta el mundo de los gatos, esos seres que, si uno aprende a observar y ver, podemos llegar a acuerdos con ellos.

George Bernard Shaw dijo que el ser humano es civilizado en la medida que comprende a un gato» y en palabras de la poetisa guatemalteca Marilinda Guerrero, en la presentación de Itinerarios bestiales, ella reconoce que es justo lo que le ocurre a Jonatan, pues afirma que los gatos también pueden tener crisis existenciales. Pero el autor no se queda solamente ahí, nos lleva a conocer otras especies como el Licano, ser que se encuentra en la disyuntiva de no poder ser, ni hombre ni lobo en estos tiempos contemporáneos. Habla de los pájaros y sus conversaciones en los árboles, la nostalgia por una araña, las cotidianidades del colibrí, los problemas alimenticios de un monstruo, los sueños de un elefante, las incomprensiones de la sociedad ante los saraguates, la mutación de un ser en algo totalmente adorable, para terminar, un ensayo hermoso sobre el habitar histórico del tlacuache en el mundo.

Bajo ciertas circunstancias, las personas empiezan a hablar con los animales.

Eso no es novedad. Lo sorprendente, en ciertos casos, es que ellos responden. Y si eso no fuera motivo de sorpresa suficiente, quizás lo sea que, además de responder, sostienen sus argumentos. Para su fortuna, tales argumentos no siempre se transmiten con palabras y la mayor parte de las veces van acompañados de un acto.

Durante mucho tiempo se creyó que el rasgo distintivo de la especie humana, aquello que lo separaba cualitativamente de otras especies, era la capacidad de raciocino. Tal cosa es absurda. No hay sobre la superficie del planeta otro ser más destructivo y contradictorio que el humano.

Las narrativas de Itinerarios bestiales se fueron construyendo conforme las vivencias del autor en diferentes lugares de México, Guatemala y otros países y en distintas fechas por más de 10 años. Itinerarios Bestiales se compone de varios relatos en su mayoría protagonizados por animales: perros, gatos principalmente, pero también un elefante, un colibrí y un tlacuache. También habla sobre seres humanos que, al igual que los animales, dan cuenta de sus trayectorias, de sus itinerarios para sorprenderse consigo mismos.

Jonatan Rodas y Parutz Editorial hacen un ejercicio literario al estilo de Augusto Monterroso resaltando la minificción de sus relatos cortos acuerpados con ilustraciones. De hecho, el mismo autor reconoce su admiración hacia este escritor hondureño-guatemalteco, cuando afirma, en el capítulo Perspectivismo animal, que tras la lectura del relato El perro que deseaba ser un humano, lo consideró único en su género por la capacidad que Monterroso demostraba de captar con sensibilidad los deseos que se anidan en ciertos individuos de la especie canina. Y es que leer Itinerarios bestiales no sólo nos evoca a Monterroso sino que es imposible no recordar las poéticas y narrativas del escritor guatemalteco maya k’iche Humberto Akabal, especialmente su obra El animalero: un poemario compuesto por 47 piezas y en el que cada una aborda un tema distinto, un animal diferente y una situación cotidiana vuelta una realidad vista a través de la cosmovisión maya.

Itinerarios bestiales son 25 breves historias de animales que van explorando el mundo, su mundo inmediato e incluso el interior. En esas historias los animales se preguntan cosas, dudan, sufren, hablan con los seres humanos y le plantean a este último inquietudes sobre su propia existencia y su centralidad como especie en este mundo. Con estas minificciones, el autor disloca la centralidad de la razón, se apartar de la historia bien estructurada y con una lección final. Por ello, en ese sentido, esta lectura nos muestra la belleza de lo variado, lo que escapa de las formas y se convierte en una especie de alebrije con múltiples formas y colores.

La lectura de Itinerarios bestiales provoca nuestra capacidad de asombro por el mundo que nos rodea. Jonatan tiene la habilidad de mostrarnos un mundo indómito desde la cotidianidad y cercanía de las bestiecillas cotidianas que protaganizan sus relatos: perros, gatos, insectos, aves y otros seres imaginarios, en la medida que nos tomamos el tiempo para contemplarlo.

El crítico literario guatemalteco Francisco Albizúrez Palma define la fábula como “la narración breve de una acción alegórica para deducir alguna enseñanza moral o filosófica y que sus personajes, por lo general, son seres irracionales, aunque pueden ser humanos y aun objetos inanimados”. Así como se utilizan versos y prosas para dar un toque pintoresco a lo que se transmite, de igual manera, los personajes utilizados son usualmente animales de todo tipo para ejemplificar con mayor facilidad las características de los valores que se quieren enseñar. Los fabulistas se han valido del mundo animal como alegorías simples a cómo deben actuar los seres humanos, aunque en los últimos tiempos las fábulas se han asociado al imaginario del mundo infantil. Tal vez por la importancia que las fábulas revisten en la formación de una ciudadanía crítica, apegada a la ética y valores de convivencia.

Sin embargo, los relatos de Jonatan Rodas nos ofrecen la posibilidad de vivir la experiencia bestial de la existencia, de la animalidad y de la crítica a nuestra propia humanidad, alejado del espíritu fabulista de ofrecer lecciones morales y de vida. Jonatan es un narrador bestial, que con las palabras narradas nos ofrece un respiro a nuestra racionalidad. Y aunque Jonatan parece rehuir del tono moralizante de las narrativas fabulescas, sus relatos despiertan en el lector un efecto de empatía bestial. Más que todo porque Itinerarios Bestiales son narrativas que emanan de las vivencias: intensas, profundas y a veces desconcertantes. Por eso son bestiales, tal vez no por la naturaleza de los seres que las protagonizan, sino en términos de esas vivencias que a veces parecen ser inmensas, bestiales: un koala que va descubriendo su metamorfosis, un elefante que se descubre, un perro cuyo paradero es incierto, un grupo de migrantes que deben caminar y caminar sin tener destino definido.

Jonatan Rodas afirma que hay escrituras que nos acalambran, que nos obligan a decir lo que se quiere escuchar o a tener ciertas formas. Hay escrituras que sanan. Otras que enlazan o que cierran procesos. Para el autor, escribir es un acto de justicia, una manera de recuperar la voz y recuperar la palabra.

Y con Itinerarios bestiales, Jonatan nos envuelve con sus relatos de animales, sus historias y su forma de vivir ante una sociedad, la humana, que tiene mucho que aprender aún para despojarse de su espíritu especista, carente de empatía hacia su entorno social y natural.


Jonatan Rodas escribió Itinerarios bestiales: cuentos cortos sobre animales urbanos y Parutz’ editorial la publicó en 2022.

Jonatan Mariano Rodas Gómez nació en 1977. Es investigador social, educador popular y escritor. Ha publicado diversos artículos sobre la dimensión afectiva en el ejercicio de la investigación sobre la movilización social. En sus primeros años como ensayista y escritor, publicó diversos artículos de opinión en los medios Albedrio y Prensa Comunitaria. Sus relatos aparecen en la revista digital El Camaleón. Su cuento Días de Circo, publicado en 2012 obtuvo el tercer lugar en el concurso de cuento convocado por la Fundación Myrna Mack y el mini relato Obituario, de 2020, fue incluido en la selección de cuentos El Club de los relatores, organizado por La Esfera Cultural de España.


Fuentes consultadas:

  • Rodas, Jonatan. Itinerarios bestiales: cuentos cortos sobre animales urbanos. Guatemala: Parutz’ editores, 2022. ISBN: 978-99939-0-795-4.

  • Vásquez, Marisol (2023). Lanzan Itinerarios bestiales. En Diario de Centroamérica (27 de enero). Recuperado de: enlace.

  • Nigenda, Isabel (2023). Itinerarios bestiales. En Noticias, voz e imagen de Chiapas (7 de marzo). Recuperado de: enlace.

  • Jonatan Mariano Rodas Gómez (2020). En Renisce (20 de enero). Recuperado de: enlace.

  • Arguello, Alberto (2017). Situación jurídica de los animales en Centroamérica como seres sintientes (“Sentientes Beings”). En DA, Derecho Animal (agosto). Recuperado de: enlace.

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