Cuatro señales sutiles de que eres una persona tóxica sin saberlo
Aprende de mis antiguos comportamientos tóxicos y no seas como yo era :-)
La persona más tóxica que he conocido en mi vida he sido yo.
Tan tóxico era que si pudiera viajar en el tiempo, visitaría a cada uno de mis ex y les gritaría: "¡Peligro! ¡Peligro! Huye, no te creas sus mentiras".
No bromeo; he sido más tóxico que beber veneno para ratas con el estómago vacío :-)
Y al ser tan tóxico durante tanto tiempo, he aprendido que cuando eres tóxico, crees que eres el bueno. Pero en realidad, eres el malo para mucha gente.
Y no es fácil darse cuenta de ello.
Por eso quiero compartir cuatro señales sutiles de que eres una persona tóxica y no lo sabes. Por si te ves reflejado y quieres cambiar (ya me hubiera gustado a mí esta lista).
Empecemos.
1. Eres Gollum y no te das cuenta.
Gollum estaba obsesionado con el anillo único, ¿verdad?
Recuerdas su frase cuando vio el anillo único,
"¡Precioso, precioso, precioso! ¡Precioso mío! ¡Oh, mi precioso!" - Gollum
Bueno, cuando eres más tóxico que el veneno de una serpiente, tratas a tus seres queridos con esa misma obsesión disfrazada de amor.
Pero... no es amor.
Es posesividad.
Esto nos lleva al siguiente punto.
2. No tienes amigos; tienes rehenes :-)
Cuando eres más tóxico que chupar un asiento del metro, quieres que las cosas sigan como están. Quieres que todo el mundo haga su papel en la película de TU VIDA.
Porque es tu vida, y no te cabe en la cabeza que la gente pueda o quiera cambiar.
Por eso no te alegras del éxito de los demás: no es envidia, es miedo a que las cosas cambien y la gente se vaya de tu lado.
Por eso, en cuanto alguien no se comporta como debería, lo criticas.
Por eso das golpes bajos, pero ese es el siguiente punto.
3. Te portas mal cuando no te sales con la tuya.
Si no te sales con la tuya, te vuelves tan pasivo-agresivo como un niño que quiere vengarse de su madre por no comprarle un caramelo.
El problema es que tú no eres un niño, y con la información personal que posees sobre tus seres queridos, puedes tocar exactamente lo que más les duele.
Y lo haces para intentar convencerles o castigarles por no hacer lo que les dices, diciéndoles algo que les baja la energía o les amarga el día.
Si llamas por teléfono para invitar a alguien a tu casa y no quiere venir a verte, le dices algo como: "Qué mayor eres. Pero seguro que tienes tiempo para lo que te interesa. Me lo debes".
Si te sientes menospreciado, te defenderás diciendo: "Mira quién habla, el que cree que lo sabe todo porque va a la universidad y siempre tiene razón".
Y hablando de tener razón...
4. Siempre tienes que ser el protagonista
Cuando eres más tóxico que el arsénico, te vuelves más radiactivo que el polonio si otro recibe la atención que crees merecer.
Porque la vida va de ti, no de los demás: tú eres la víctima, el ídolo al que todos tienen que idolatrar.
Y es complicado porque, para ello, debes tener siempre la sartén por el mango, es decir, "tener razón". Al fin y al cabo, así crees que te respetarán.
Y quien quiera contradecirte tiene que pagar por ello.
Y si, por la razón que sea, tus argumentos y disertaciones no convencen y alguien aporta datos que contradicen tu verdad, te justificarás de las formas más inverosímiles.
"Antes era así; seguro que lo han cambiado recientemente".
"En Google puedes buscar lo que quieras para tener razón; recuerda que internet está inundado de noticias falsas".
"Alexa se equivoca, Jeff Bezos quiere confundirnos con información falsa para reescribir la historia".
La cuestión es que tu inseguridad te hace querer adoctrinar a los demás y someterlos a tu ignorancia. Porque en el fondo, quieres que sean adictos a ti; no necesitas que tus amigos tengan su propia opinión (y eso es súper tóxico).
Para llevar
Cuando solía ser como los cuatro puntos descritos, la gente huía de mí más rápido que el correcaminos perseguido por el Coyote
Así que recuerda,
No seas posesivo.
Alégrate de los éxitos de los demás. Y adáptate al cambio.
Déjate de golpes bajos. La vida consiste en apoyar, no en hacer daño.
No quieras ser el protagonista siempre e intenta ayudar a los demás a lograr sus metas.
Si lo haces, tu nivel de toxicidad bajará. El mío bajó. No es que me haya convertido en la Madre Teresa de Calcuta, pero al menos no soy tan tóxico como un termómetro de mercurio :-)
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Un abrazo virtual
Malafama1981
Válgame 😬, que valiente de tu parte decirlo. Me agradas. Seguiré leyendo tus artículos, son interesantes.
Saludos.
Un artículo interesante Alberto, que me ha llevado a mi yo de 25 😅 me identifico con la señal número 3 creo que a los 20' fuimos tóxicos 🙈, pero mi yo de 39 ahora le dice a mi yo de 25 que no ha sido fácil, pero hemos cambiado y hemos crecido a Dios gracias hubo mucha gente bonita que nos ayudó en el proceso y seguimos buscando ser mejores cada día. 😊