La inquietante carta que mi abuelo de 92 años me envió antes de morir
Estas palabras cambiaron para siempre mi visión de la realidad.
Querido nieto:
Te escribo porque no sé cuánta lucidez me queda, ni cuánto tiempo recordaré tu nombre: el Alzheimer apesta.
Por eso he decidido enviarte una carta de vez en cuando, para que te acuerdes de mí cuando yo ya no sepa quién eres (disculpa mi humor negro; tú me entiendes).
Esta será la primera carta (espero que no sea la última).
En ella quiero contarte la lección más importante que he aprendido en la vida.
Me ha ido bien con el dinero, el matrimonio y los amigos, gracias a esta lección.
Si sólo pudiera darte un consejo en la vida antes de morir, sería éste,
"Sé egoísta. Aprende a escuchar".
Todo el mundo quiere algo de alguien: dinero, poder, contactos.
El problema es que la gente quiere el pescado, no aprender a pescar.
Nadie te dará un millón de dólares si se lo pides (pescado), pero mucha gente estaría encantada de enseñarte a ganártelo (aprender a pescar).
El que busca un pez es un ignorante; el que aprende a pescar acaba quedándose con todos los peces del río. Esto es lo que yo llamo "egoísmo positivo".
Voy a confesar un sucio secreto.
Soy perro viejo pero actúo como un novato cuando algo me interesa mucho.
Me hago pasar por novato para que la persona que tiene la información que quiero se relaje, se sienta superior y hable más de lo debido.
Lo aprendí de gente influyente.
Las personas influyentes no pierden el tiempo. Si no te conocen, te tratan con desdén. Pero si tienes algo que ellos quieren, te tratan como si fueras el rey de España.
Haz lo mismo.
Trata a la gente como a estrellas de cine, haz que se sientan superiores a ti, y se sentirán tan bien en tu presencia que te contarán todo lo que necesites saber.
Aprende de cualquiera
De gente mayor que tú, más joven que tú, más rica que tú, más pobre que tú, más triste que tú y más feliz que tú.
Aprenderás qué hacer y qué no hacer. Ambos conocimientos son complementarios (y necesarios).
Así que no te obsesiones con el viejo tópico de estar en el lugar adecuado en el momento adecuado. - De nada sirve estar en el lugar adecuado en el momento adecuado si no haces lo correcto.
Es mucho mejor estar en el lugar equivocado haciendo lo que hay que hacer,
siendo egoísta, escuchando atentamente y aplicando las mejores ideas.
La gente no escucha; espera su turno para hablar.
Haz lo contrario, escucha. Ordeña a la gente como si fueran las vacas de nuestra granja (en el mejor sentido posible).
Obtén toda la leche (información) que puedas, y haz queso con ella (Anota las mejores ideas. Reescríbelas. Estructúralas. Analízalas, PERO SOBRE TODO, PONLAS EN PRÁCTICA)
La mayoría de las personas con las que hablas no valoran sus ideas. Y por eso nunca se atreven a utilizarlas.
Y eso es una pena; es un desperdicio.
La gente va por ahí mirando el precio de todo para ahorrarse tres duros. Luego, cuentan sus mejores ideas, que tienen un valor potencial de miles de dólares, a quien esté dispuesto a escucharlas.
Las ideas pertenecen a quien las ejecuta, no a quien las tiene.
La mente de las personas es el pozo de petróleo del siglo XXI. Todas las grandes empresas tecnológicas se han dado cuenta de ello, y por eso quieren tener cada vez más acceso a nuestros pensamientos.
Recuerda
Hablar = Dar información.
Escuchar = Recibir información (Quieres ser el egoísta que recibe, no el que da).
Información = Dinero, poder, contactos.
No te olvides (Y sobre todo, no te olvides de mí. Te quiero mucho).
Nota: (Mi abuelo nunca me olvidó)
Para llevar
He aplicado al pie de la letra los consejos de mi abuelo. Y puedo garantizarte que escuchar te lleva mucho más lejos que hablar.
Sé egoísta, deja que hablen; aprende a escuchar.
Gracias a escuchar atentamente, descubrí lecciones super poderosas que encerré en este libro
Un abrazo virtual
Malafama1981
Que miedo saber que, en determinado momento, seremos escuchados para ser ordeñarnos (obtener información) y no por interés genuino.
Mi abuelo tenía un dicho parecido al tuyo: Primero tú, luego tú, y al final tú. Lo quise mucho porque fue como mi padre, pero al final sé reconocer que era frío y calculador.
Sabios consejos. Gracias!