Sábado. 13h.
Un bar cualquiera de Barcelona.
Dos conocidas se cruzan.
Una sale en dirección a la terraza con una copa de cerveza en cada mano.
La otra llega a la barra para pedir.
-Qué casualidaad! Justo estaba hablando de tii! ¿Cóomo estáas?
-Bieen. ¿Y túu?
-Tambiéen. Aquíi.
No puedo. Estos sucedáneos de conversación me vacían por dentro. Y al mismo tiempo, cuando es necesario los lanzo como cartas del Uno, como un comodín útil. Como hacemos todos. Pero no me manejo bien con el small talk. Lo odio. Y para compensarlo, hablo ampliando mi sonrisa al máximo para no parecer borde o insulsa. Porque por nada del mundo quiero parecer borde o insulsa. Bajo ninguna circunstancia.
Por eso, me siento tan fuera de lugar cuando estoy en una fiesta o en un espacio cualquiera con desconocidos. Porque me gustaría preguntarles por sus miedos, sus deseos, sus emociones. Mirarnos a los ojos y hablar de verdad. En lugar de rellenar el espacio.
Por suerte, sin saber muy bien por qué, la gente me cuenta cosas. Y a menudo, a los minutos de conocer a alguien, logro que esa persona me extienda la mano y me muestre casi como una ofrenda pedacitos de su vida, su historia, su intimidad. Y qué bonito es recogerlos y cuidarlos, compartir vivencias y verdades. Qué bonito tejer nuevos lazos y cultivar los antiguos.
Y como si lo hubiera escrito una amiga, el lunes acabé de leer Consum Preferent, la novela de Andrea Genovart, Premi Llibres Anagrama de novel·la 2023. Lo leí en pocas horas, casi sin respirar, atrapada por el estilo atropellado, ansioso, caótico, lleno de frases hechas y de referencias contemporáneas. Me fascinó el estilo, el tono. Me conmovieron los miedos y las inseguridades de una protagonista que podría ser una de nosotras en una Barcelona que también es la mía.
Lo cerré y busqué febrilmente entrevistas a la autora, necesitada de contexto, de detalles del proceso creativo, de biografía. Y encontré esta entrevista de Gent de Merda. Escuchando a la autora tuve la sensación que es alguien que crea casi por necesidad e intuición, que se ha pensado, que ha tomado decisiones creativas y narrativas, pero que no esperaba ni estaba preparada para este éxito y esta repercusión. Y quién lo está, ¿no?
A raíz de esto, estuve hablando con varios amigos sobre el relato que conlleva el proceso creativo, sobre cómo explicamos por qué hacemos lo que hacemos y cómo lo hacemos. Cómo hay partes del proceso que son puta intuición, pura magia casi. Un accidente a veces. Pero cómo uno aprende a explicarse, a racionalizarlo, a crear un relato acorde con lo que se espera o con lo que uno espera. Incluso sintiéndose un poco impostor, farsante.
Para mi, saber qué hay detrás de un guion, un podcast, un libro o una canción le da profundidad y más sentido. Hace unos días me pasé horas escuchando el nuevo disco de The National, el grupo que suele ser mi banda sonora para leer. Y la razón es precisamente esto, leí este articulo del The New Yorker sobre cómo el cantante perdió el ánimo, las palabras y la musicalidad durante casi un año. Hasta que las encontró. Cuando lo sabes, la música se llena de capas.
Esta semana también he escuchado el último Ciberlocutorio sobre vivienda, el engañoso concepto de la clase media, la relación entre propiedad y conservadurismo y sobre todas esas preguntas que los que cruzamos la frontera de los 35 nos hacemos.
Me gusta pensar que dentro de unos años reinará un modelo de vivienda y sociedad en la que la familia de sangre ya no sea exclusivamente el centro de todo. Que los que hayan optado (por elección o no) por no tener hijos ni pareja estable/monogámica no sean excepción ni exclusión. Que las casas, los barrios, las comunidades sean red y apoyo real. Que los pisos ya no se hagan solo pensando en la descendencia. Y sí, claro, que la vivienda sea realmente accesible y asumible.
Estas imágenes me han dado paz estos días.
Hace unos días descubrí esta canción y fue como si me diera un abrazo. Os lo doy de vuelta.
Feliz domingo :)
Em passa exactament el mateix amb l'small talk! Prefereixo parlar de coses profundes amb la gent. I jo també faig el meu millor somriure perquè creguin que no estic incòmode...
La cançó de Pizza m'encanta! <3