“Se vendieron como pan caliente”
A pesar de que, pensándolo bien, esto ha estado presente en mi vida desde hace mucho tiempo, durante los últimos dos años me he visto ampliamente cautivado por el mundo del emprendimiento.
En medio de las tragedias de salud y economía en las que hemos vivido en estos años, parece ser que he encontrado una buena forma de vivir a través del emprendimiento, una forma que me da la oportunidad de ser creativo, observador y reflexivo, lo cual me llena de felicidad.
Alguien que me ha acompañado en este camino del emprendimiento ha sido mi amiga y colega emprendedora, Mitzi González, con quien platicaba el martes pasado (15/11/22), en una sesión de networking entre emprendedores e inversionistas de INCMTY, sobre la importancia de que las y los emprendedores atacaran problemáticas reales, pues eso les permitiría construir negocios exitosos.
“The problem contains the f**king solution”, como diría el póster que tenía Jony Ive en su oficina, el gran diseñador industrial de Apple, quien fue amigo muy cercano de Steve Jobs.
He aprendido que el emprendimiento es la manera de encontrar soluciones a los problemas que hay a nuestro alrededor, proceso que se vuelve sostenible a través de un modelo de negocio que cuenta con un propósito y una visión.
Teniendo una problemática definida y una solución interesante y bien implementada, tu producto y/o servicio se venderá “como pan caliente”, ya que, las personas encontramos un gran valor en aquellos productos/servicios que nos resuelven necesidades especificas y/o generales.
Con un producto/servicio altamente valioso, cualquier persona con recursos suficientes diría: “ten, toma mi dinero”.
Mientras más de una docena de emprendedores e inversionistas hacían networking, yo le decía a Mitzi: “los emprendedores tienen que vender pan caliente”.
Cabe aclarar que, “se vendió como pan caliente” es una frase que utilizamos en México, haciendo referencia a cuando algún producto/servicio fue tan bueno que se agotó rápidamente.
Ella, a pesar de entender el sentido de mi comentario, no dejó pasar la oportunidad de agregar algo que me haría reflexionar profundamente. “La lógica de vender pan caliente es la que precisamente nos tiene en la actual problemática del cambio climático”, agregó Mitzi.
La lógica a la que se refería Mitzi es la de “vender, vender, vender”, lo cual significa, “producir, producir, producir”, lo cual, a su vez, quiere decir, “extraer, extraer, extraer”.
Rápidamente entendí a lo que se refería Mitzi y no pude estar en desacuerdo.
Vivimos en una economía que tiene que maximizarse sí o sí. Esta maximización implica producir y vender más.
Convencionalmente, las noticias sobre negocios remarcan con connotación positiva cuando alguna empresa mejoró sus ventas en “x”%, así como con una connotación negativa cuando una empresa contrajo sus ventas o simplemente se estancaron.
Esta es la lógica que domina. Más, más y más.
¿Qué pasaría si entendiéramos lo que hay detrás de ese aumento en las ventas, además de, obviamente, una buena estrategia de negocio bien implementada? … ¿Cuántas toneladas de CO2 más fueron necesarias para lograrlo?, ¿Cuántos litros de agua más?
¿Me siguen?
Desde los años 70’s y 80’s del siglo pasado se ha venido desarrollando el discurso del desarrollo sostenible y la responsabilidad social empresarial, sin embargo, haciendo un análisis critico sobre la realidad actual, así como tomando en cuenta las perspectivas hacia el futuro, ¿realmente es un discurso que ha sido efectivo? ¿O solamente ha sido un discurso que se queda en los foros/documentos en donde se discute, sin tener una materialización significativa?
Este es un discurso que ha buscado ser una alternativa ante la lógica que Mitzi nos ha hecho reflexionar. La humanización del capitalismo, dirían algunos, ha sido una estrategia con la que se ha buscado “salvar” al actual sistema económico, invitando a que las empresas sean sostenibles.
Sin entrar en detalles fácticos, quedándonos solamente con la percepción (lo cual a veces nos dice más que los datos), ¿creen que las empresas, desde las locales hasta las internacionales, produzcan de manera sostenible?
Tal vez las más grandes sí, y solo algunas, por los recursos bastos que tienen, pero ¿qué pasa con las chicas y medianas?, las cuales componen la gran masa de empresas en todo el mundo.
“Vender pan caliente, sin dejar al planeta caliente” sería la conclusión de esta reflexión.
Tú, ¿qué opinas?
La siguiente semana seguiremos reflexionando sobre esto de vender pan caliente, pero desde otra perspectiva. Estate al pendiente de la parte 2 de esta reflexión.